La leyenda de Santa Inocencia, la niña de la Catedral de Guadalajara
¿Quién no ha visto durante una excursión escolar a esta terrorífica niña encerrada en una vitrina en la Catedral de Guadalajara?
Después de sufrir pesadillas por un buen tiempo, descubrí que Santa Inocencia era una niña tapatía que sólo aspiraba a una cosa: hacer su primera comunión. Su padre, sin embargo, era ateo, por lo que le prohibió a Inocencia acercarse a la iglesia.
Obstinada, la joven hizo oídos sordos de las advertencias de su padre y, a escondidas, comenzó a prepararse para recibir la eucaristía. Pasó el tiempo e Inocencia finalmente hizo su primera comunión.
Al volver a casa, la niña se encontró a su padre en la cocina y éste, al verla con todo su ajuar, se le abalanzó y le clavó un cuchillo en el pecho.
El hombre huyó sin dejar rastro e Inocencia fue trasladada a la Catedral de Guadalajara donde aún descansa hasta ahora. Algunos miembros de la iglesia aseguran que constantemente tienen que cortarle el cabello y las uñas, pues éstos siguen creciendo aún después de su muerte.
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