¡Bienvenidos a Sonora Art Village! El pueblo más alegre del mundo
Los arquitectos con sede en Moscú Davit y Mary Jilavyan han creado un pueblo de arquitectura contemporánea y colores vivos en pleno desierto de Sonora, México, donde al llegar ya nada es gris. Este proyecto, nacido de la necesidad de huir de un mundo cada vez más desesperanzador, es una oda a la alegría

Todo empezó con el proyecto llamado Sonora House de los arquitectos rusos Davit y Mary Jilavyan. Se trata de una casa colorista y alegre, cuya esencia se basa en el diseño contemporáneo, las forma futuristas y los tonos vistosos. Esa fue la semilla que ha acabado germinando en todo un pueblo, basado en la arquitectura moderna y los colores, llamado Sonora Art Village, en Sonoma, México.

“No esperábamos que le gustara a tanta gente. Muchas personas nos han escrito sobre sus sentimientos, diciendo que este proyecto les ha inspirado enormemente. Ha pasado casi un año del proyecto de Sonora House. El mundo ha cambiado mucho durante este tiempo, desafortunadamente no para mejor. Hemos estado trabajando muy duro, sentados en autoaislamiento, rodeados por cuatro paredes, y se nos ocurrió crear un pueblo entero a partir de casas como Sonora House”, nos cuenta Davit Jilavyan.


“Queríamos crear un lugar donde las personas puedan venir y sentirse por un tiempo en un sitio completamente diferente, lejos de la realidad gris que nos rodea, para sentirse en un espacio 3D brillante, o incluso una caricatura. Es un lugar libre de prejuicios. No hay lugar para el racismo, el sexismo, la humillación. Intentamos crear una atmósfera completamente diferente que irradiara alegría, amor, felicidad”, afirman los autores de este sueño.

Sonora Art Village es una explosión de nuestras emociones, es lo que nos falta en la realidad. Este dúo de arquitectos se ha inspirado en las obras de los grandes maestros Ricardo Bofill y Luis Barragán.

Este proyecto no es solo arquitectura, sino una obra de arte. “Con ‘Sonora Art Village’ queríamos mostrar que nuestro proyecto no es solo un recinto residencial, sino una propuesta artística”, afirman.


Cada casa es como una escultura única, con una estructura y combinación de color exclusivas. Si individualmente son vistosas, en conjunto se dibuja un paisaje inédito, que invita a la relajación y a la vitalidad.


En Sonora Art Village no hay un sistema de organización claro, estricto. Las casas están ubicadas caóticamente y cada una cuenta con su propio camino. Existen casas de todos los tamaños, algo que añade más riqueza si cabe a este peculiar pueblo.

Los arquitectos rusos van más allá y se atreven a imaginar los interiores de estas casas, donde el color sigue muy presente.

El estudio cromático ha sido crucial en el proyecto general. En casa casa no se mezclan más de tres tonos con el fin de preservar la armonía.


Con respecto a la geometría, usan arcos de medio punto, pasillos, pequeños volúmenes sobresalientes… Algunas casas son más altas, otras son más bajas, por lo que el pueblo tiene muchas escaleras pequeñas, lo que hace que parezca que estás subiendo y bajando en un juego como Super Mario.

Las ventanas de las casas son caóticas para que penetre más luz natural. Las casas que se encuentran en la ladera tienen sus propias piscinas y también tienen una gran piscina de uso común.

Cada vivienda combina un par de tonalidades y las ventanas, siempre blancas.

“En los pasillos entre algunas casas hay parterres con gran vegetación. Es una especie de oasis con cactus. Grandes cactus. Amamos los cactus”, nos cuenta Davit.

Con este rompedor concepto, los diseñadores expresan volúmenes vibrantes y coloridos dentro de un contexto desértico de México. Cada vivienda está concebida con un lenguaje arquitectónico de geometrías mínimas y acabados llamativos.

Las casas agregan luces nocturnas a sus colores. Por la noche, este lugar se convierte en una instalación luminosa y el cielo se pinta en diferentes tonalidades.

“Esto es solo un concepto, solo una obra de arte inspiracional. Pero de todos modos, seríamos felices si algún día se hiciera realidad para permitir que las personas se sumerjan en una atmósfera completamente diferente”, afirman los autores de Sonora Art Village.
El pueblo de Sonora Art Village está ubicado imaginariamente en el desierto de Sonoma, bajo un clima cálido y mucho sol. Las formas, los colores, la situación… Todo está pensado para que sus habitantes vivan una experiencia de alegría en su día a día. Nada de grandes ciudades grises. Sí a los pequeños núcleos donde el arte, el interiorismo, el diseño y la arquitectura están al servicio de crear un mundo más amable y, porque no, feliz.
Y tú, ¿vivirías en un pueblo como este?